26 abril 2010

ZAPATAFLY 2009: Donde los cubanos pescamos a mosca
¿Ha oído hablar usted de las Salinas de Brito? Haga memoria de un sitio en la geografía cubana donde las aguas llenan el paisaje como espejos someros entre márgenes de manglares como oscuras líneas distantes. La profundidad escasa, el líquido elemento como un cristal de increíble transparencia: en la calma de los amaneceres el silencio apenas es roto por el vuelo de un ave, la acometida de la paciente picúa que atisba el cardumen. Luego nada, la luz que llena la soledad inasible, el aire cual no hubiera humos en el planeta.
En el corazón del Parque Nacional Ciénaga de Zapata este paisaje de 100 kilómetros cuadrados de marismas es la meta de aficionados a la pesca a mosca que entran en sus lagunas sin romper la calma de las aguas, acechan el paso de los macabíes y oscilan sus cañas para emocionarse con la picada sorprendente del pez. La mosca, un pequeño anzuelo travestido de falso crustáceo colorido, salta en el fondo y el macabí detiene su avance, retorna hacia lo que cree su alimento, la sorbe del fondo y ya se va, cuando se tensa la línea y advertido del error se lanza a la distancia como un misil, mientras una caña se curva y el carrete zumba y zumba en el silencio de Las Salinas. Al rato, recobrados los cien o doscientos metros de línea que haló el despavorido animal, lo toma el pescador con leve gesto, le retira el anzuelo de la boca, y le devuelve a las aguas.

Pescar y soltar.
La pesca deportiva constituye una actividad turística que de modo sustentable desarrolla desde hace varios años el Parque Nacional, con un saldo de más de 1 100 sesiones de pesca vendidas cada año y una derrama económica de unos 200 000 CUC. Lo más significativo: cada vez el pez retorna vivo a su elemento, de manera que el rico entorno natural no pierde sus componentes.
El plan de manejo de esta área protegida incluye un programa operativo que, mediante la zonificación del área y el control de los resultados de la pesca, evita el estrés de las poblaciones de peces por exceso de capturas. La presencia del hombre se limita a lo imprescindible y el cuidado en la manipulación de los peces es atendido por guías calificados. Por las aguas se avanza a palanca, lo que evita contaminar el medio con combustibles y ruidos innecesarios. El monitoreo del medio es una tarea permanente en el Parque, que cuenta con la colaboración del Centro de Investigaciones Marinas para el desarrollo de estudios de manejo.
Las Salinas es una joya que se muestra con orgullo a los deportistas foráneos de la pesca a mosca, pero no solo a ellos. Un proyecto de educación ambiental en marcha desde 2006, en conjunto con la Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD), ha dado vida al Torneo Abierto de la pesca a mosca Zapatafly, una novedad desde todo punto de vista en la historia cubana del deporte de las líneas y los anzuelos.
La pesca a mosca, denominada fly fishing en el idioma de los orígenes de esta especialidad, apenas tuvo empleo en el país, en cuyas aguas no existen los salmónidos que por muchos años fueron, en Europa y Norteamérica el principal objeto de esta modalidad. Una Guía del Pescador, editada en 1954, señala que en los comercios de venta de avíos de La Habana la adquisición de equipos de pesca a mosca apenas alcanzaba el 1 % del mercado, mientras una modalidad llamada casting cedía espacio ante los versátiles y fáciles de usar equipos de spinning, entonces de reciente introducción en Cuba, que acaparaban el 75% de las ventas.
Los años del último cuarto del siglo XX hicieron avanzar el uso de la pesca a mosca en el mar. En Cuba ganó cierto reconocimiento esta modalidad en la antes llamada Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud, debido a la gestión turística de la pesca del macabí que en sus aguas realizaba un norteamericano nombrado Vic Barothy. Pero los cubanos no pescaban a mosca.
El proyecto desarrollado por el Parque Nacional Ciénaga de Zapata y la FCPD ha logrado crear un núcleo de aficionados a la pesca a mosca que se esmeran por dominar esta técnica, de cierta complejidad si se le compara con otras variantes de la vara y el carrete. En el caso del spinning, por ejemplo, la principal función de lanzado radica en impulsar un objeto de cierto peso –plomada y carnada, o señuelo, según el caso-; en la pesca a mosca es la línea la que debe portar un artificio apenas más grávido que el anzuelo desnudo.
Pero lo más importante es que cada participante en esta experiencia de pesca sin muerte halla natural que el pez siga vivo en las aguas, mientras la vivencia de cada salida de pesca lo que se atesore y exhiba como trofeo.

El torneo 2009.
Lo más interesante de un torneo de pesca probablemente sea el encuentro con personas de todo el país, la confraternidad que se mantiene a lo largo de los años, y el intercambio de experiencias y anécdotas. Antes de 1959 las únicas competencias de cierto relieve, convocadas en su mayoría por los clubes aristocráticos de la capital, eran las de pesca de agujas. Durante el último medio siglo el deporte de la pesca ha avanzado en el reconocimiento de la tradición, creando eventos especiales para capturar truchas y pargos, para que participen mujeres, o niños, y para que tenga su oportunidad de desarrollo cada modalidad, como el spinning, la vara criolla, o la pesca a mosca.
Zapatafly2009 fue el nuevo eslabón del proyecto de educación ambiental de la Ciénaga de Zapata. Allí nos encontramos del 13 al 19 de octubre, con el campismo Victoria de Girón como sede, 27 aficionados a la pesca a mosca. Tercera ocasión –solo en 2007 suspendieron este evento, por motivos ajenos a organizadores y competidores- y siempre un programa completo: dos días de pesca en Las Salinas, una prueba de habilidades de lanzado y un taller para debatir análisis multidisciplinarios del deporte de la pesca en Cuba. La pesca del sábalo en el río Hatiguanico, que integró el programa del certamen en 2006, se espera vuelva en algún momento.
En las reglas de pesca lo esencial es conservar vivos los peces. Un macabí muerto es penalizado con un duro descuento en la puntuación del competidor; solo se dan dos oportunidades para contabilizar peces escapados y únicamente cinco capturas de esta especie –científicamente: Albula vulpes- pueden realizarse durante la jornada de competencia. No solo dejarlos vivos, también se reduce a un mínimo el estrés de los peces durante el certamen. Las pruebas de habilidades, basadas en reglas internacionales y bajo un arbitraje riguroso, incluyen el lanzado a blancos a diversas distancias y posiciones, longitud y el llamado “tiro al hueco”, criolla calificación para lo que los técnicos del fly casting reconocen como Lazo estrecho: el dominio de la onda de la línea de mosca –llamada “cola de rata” por su forma ahusada- para que penetre por una abertura, cuadrada en este caso.
La competencia de este año en Las Salinas fue generosa en capturas. Solo tres competidores tuvieron una sesión de pesca sin peces, aunque no todos lograron completar los cinco macabíes de cada jornada. El primer lugar fue para uno de los equipos de la provincia de Ciego de Ávila, integrado por Argelio Benítez Espinosa y Juan Carlos Morales García, con un acumulado de 1 210 puntos. La puntuación de un competidor en el Torneo Zapatafly se integra mediante la suma de los centímetros medidos por los peces capturados y liberados, más los puntos obtenidos en las habilidades de lanzado.
La pareja infantil de Roxana Casanova y Alejandro Roque, integrantes de un círculo de interés que promueve el guía local de pesca Felix García Rodríguez, alcanzó 550 puntos. Un macabí de 58 centímetros resultó la pieza más comentada y fue resultado de las acciones de Eulises Manso Valdés, de Villa Clara.
Ya escuchó usted hablar de las Salinas de Brito. Aquellas aguas apenas le llegan a la cintura al pescador en los sitios más profundos y tienen peces que vale la pena tratar de capturar… y soltar. Del los debates del taller teórico de Zapatafly2009, donde discutimos cinco ponencias, lo más recordado es el reclamo de Machito, o sea Félix, el guía de los niños, de que esta experiencia se extienda a otros cotos turísticos de pesca a mosca.
La Federación Cubana de Pesca Deportiva, que el 21 de noviembre de 2009 cumplió tres décadas de existencia, alcanza hoy día un mejor papel en su accionar, por el rescate de modalidades tradicionales de pesca, el interés por los niños y ahora por su avance hacia mayores cotas de deportividad y respeto al medio ambiente. La alianza con las áreas protegidas y el sector científico que las preserva puede rendir mayores frutos en la educación de los aficionados a la pesca en el país.

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