29 mayo 2013



La cobertura de torneos de pesca: 
Cuando lo que importa es el punto de vista
Durante poco más de una década el editor de este blog se desempeñó como reportero en una de las dos agencias de prensa existentes en La Habana. La que se dedicaba a las noticias internacionales tenía al menos dos buenos reporteros destinados a los torneos de pesca; la que se ocupaba de la información doméstica nos tuvo a nosotros, aunque sin estar muy al tanto de ello nos compartía indistintamente con algunas revistas, periódicos y hasta boletines impresos en mimeógrafo.
Escribir sobre pesca deportiva no fue en ningún caso el ejercicio laboral de un placer que en su variante de entretenimiento practicábamos cada fin de semana. Si hacerlo era un verdadero disfrute, a qué negarlo, la forma de enfrentar el trabajo no difería en nada de lo que nos exigían y nos exigíamos en el caso de los restantes temas.
Cuando se forma parte de un equipo de prensa que nunca pasa de tres reporteros, para atender una ciudad de dos millones de habitantes donde tienen lugar una parte relevante de los acontecimientos noticiosos de la nación, máxime por ser la capital del país, es natural que los responsables del flujo informativo exijan a sus periodistas un máximo de atención a sus deberes. Las justificaciones estaban de más en las oficinas centrales: si uno estaba a cargo de una veintena de sectores o temas, o más, incluso si por carencia de personal se le encargaba algo nuevo, se daba por supuesto que usted estaría siempre enterado de la esencia de la cuestión acerca da la cual iba a informar al público.
El hecho de que se nos encargara la cobertura de los deportes náuticos en los Juegos Panamericanos de 1991, sin haber tenido contacto nunca antes con los eventos de remo, kayak-canoa y velas, no significó en modo alguno una misión de especial trascendencia. Por la extensión del contenido y el nivel del conclave deportivo, se dedicaron dos meses a estudiar reglas, antecedentes de cada deporte y currículo de los principales deportistas. Al cabo, realizar el trabajo fue tan normal como cualesquiera otros compromisos del año: construcción, educación, pesca (comercial y deportiva), la zafra, los sindicatos...
Más que tensión, fue un verdadero disfrute hallarse en los escenarios de competencia, tomando notas y redactando a velocidad del rayo para dictar por teléfono la última novedad en la pista acuática de La Coronela o en los polígonos de velas a la altura de Barlovento. Fue algo absolutamente natural. En cuanto a la pesca, por supuesto, la muy personal afición sumaba un elemento de interés, se iba a la búsqueda del dato que diera al público un aporte novedoso, la comprensión de este entretenimiento en el marco de las acciones de pesca, y aun más allá. Pero eso mismo se hizo en otras múltiples ocasiones de muy diversas materias, salvo que el encargo fuera –y los hubo- huérfano de contenido para difusión pública.
Varios riesgos acechan al redactor de este blog al intentar una valoración del trabajo divulgativo de respetables medios, establecidos con toda la fuerza de su carácter oficial y/o prestigio adquirido en el sector. En primer lugar, el riesgo de que señalen al bloguero el pecado de intrusismo profesional, debido a que no es un periodista titulado y a que no trabaja ya en ningún medio establecido. Es seguro que un blog no sea tampoco tomado en serio por tales establecidos medios, aunque esta vertiente es menos controvertida, por el gozoso lustre que dan muchos periódicos y revistas a los blogs de sus propios columnistas y reporteros, enlazados a sus sitios.
Hallarán que el tema de la pesca deportivo – recreativa carece de suficiente nivel, entidad o importancia, entre los graves asuntos cotidianos, como para exigir la especialización de quienes escriben sobre él. Modestamente ha de decirse que millones de personas practican esta afición en el planeta, y al hacerlo impactan de diversos modos y con determinada intensidad sobre recursos naturales, interactúan socialmente con cierta amplitud, generan flujos de producción y servicios, con las correspondientes respuestas en el ámbito financiero.
Hay, ciertamente, revistas y sitios webs muy especializados en el tema de la pesca deportiva. Pero no habría que suponer que –por no ser de su exclusiva especialización- en otros medios la cobertura podría darse el lujo de difundir información despojada de sus elementos esenciales. Periodistas que conocen perfectamente su oficio, o no habrían hallado empleo en las redacciones para las cuales laboran, demuestran mayor preocupación por emitir en sus despachos el punto de vista que sustentan sus empleadores, que por dar una versión coherente con la realidad de los hechos que reportan.
Tengo a la vista dos despachos cuyas fechas de emisión los separan un año, pero esa no es la principal diferencia: uno fue emitido por la agencia española EFE el 12 de mayo de 2012, cuando reportó un torneo de pesca de orilla en el Malecón de La Habana. El otro informe corresponde al sitio cubano CUBADEBATE, bajo responsabilidad editorial del Círculo de Periodistas Cubanos contra el Terrorismo, si bien junto al símbolo de © derechos de autor aparecen mencionadas las siglas UCI, que en el país identifican la Universidad de Ciencias Informáticas.
El despacho de EFE se titula “Un torneo homenajea a lospescadores del emblemático Malecón de La Habana” y tiene una extensión de algo más de 750 palabras. El de fuente nacional, titulado “Concluye Torneo ‘ErnestHemingway’ con impulso al turismo cubano”, fue emitido el 25 de mayo de 2013, es menos de la mitad de extenso (353 palabras) y expresa que ha sido redactado “con información de Prensa Latina”. Intentemos discernir la mirada de los periodistas de cada uno de estos medios ante los respectivos torneos de pesca cubiertos por ellos.

El punto de vista español.
Desde el propio título del despacho de EFE, el lector espera que la extensa crónica les ofrezca una amplia visión de los aficionados a la pesca en el emblemático paseo litoral de La Habana. Ello sería obligado si usted conscientemente admite que el acontecimiento está concebido para “homenajear” a dichos pescadores. La extensión del despacho, la cantidad de información que contiene y la diversidad de fuentes que indica en el texto permiten asegurar que reunir tales contenidos fue en extremo laborioso, para alguien que, resulta obvio, no ha estado nunca antes en contacto con el tema.
Según esta mirada, los pescadores del Malecón son “parte del paisaje”, con lo cual tal vez quiso decir, de un modo harto apresurado, que ellos integran la imagen de uno de los paisajes más reconocibles –y reconocidos- de La Habana, si bien no como un elemento decorativo, sino con formas de sociabilidad que les integran de un modo particular, creando una tradición de la cual forman parte sus usos particulares en la actividad específica de pescar.
Más importante parece haber sido para los colegas de EFE que quienes van de pesca al Malecón “buscan tranquilidad y amigos”, la pesca les "distrae y refresca", les permite "dejar los problemas y los pensamientos a un lado", les sirve de "terapia", les “libera del estrés, de mil cosas”. Ellos prueban “sus habilidades y suerte capturando algún ejemplar” y aunque alguno cree que "pescar, lo que se dice pescar, nadie pesca", los hay que “venden lo que pescan o se lo llevan a casa para la cena”. ¿Esa melancólica visión de hombres en busca de la evasión es lo que caracteriza a los pescadores del Malecón de La Habana?
En el homenaje que en mayo de 2012 hace el redactor de la agencia española a los pecadores capitalinos, se destaca de manera especial que el torneo que reporta fue organizado “dentro de las celebraciones de su 20 aniversario”por el Club Náutico Internacional Ernest Hemingway de Cuba (CNIH), una organización civil sin fines de lucro, de la cual forman parte 2.500 socios de 60 países y cuenta con un destacado programa de actividades náuticas, entre ellas la pesca. Este club ha organizado en varias ocasiones la competencia de pesca de orilla en varias ocasiones en las cuales, como en la que se comenta, ha otorgado premios a los competidores, según los resultados en la pesca, de lo cual CUBANOS DE PESCA puede dar testimonio.
Todo lo que el corresponsal extranjero no pudo ver, lo que no preguntó y no le dijeron sus varios entrevistados respondía precisamente a la expectativa que el título de su despacho creaba: ¿Quiénes fueron los premiados en el certamen del 12 de mayo de 2012? Hicieron capturas, sin duda; emplearon para ello determinados avíos reglamentarios; cumplieron las normas o alguno no lo hizo. Definieron, en una prueba de habilidades, el perfil concreto de una tradición que es parte indisoluble de La Habana, del país que somos.

Lo que importa del Torneo internacional Ernest Hemingway.
Después de descargado a los archivos de mi laptop, el reporte que acabo de comentar permaneció guardado sin mayor interés, hasta que la búsqueda de los resultados del 63 Torneo Internacional de la Pesca de la Aguja Ernest Hemingway nos condujo al sitio de Cubadebates. ¿Hay que subrayar las diferencias de enfoque entre una y otra fuentes? Es materia para más especializados talentos. Lo realmente sorprendente es el uso tan similar que dos medios obviamente disímiles hacen del tratamiento periodístico de un acontecimiento. El hecho de que se trate otra vez de un certamen de pesca en realidad justifica que nos ocupemos del asunto, pero lo esencial está más allá de las líneas y los anzuelos.
Realmente el título del despacho, cuyo origen se atribuye a la agencia Prensa Latina, habría permitido un inteligente despliegue de información analítica. No tenía el redactor que estar a la altura de la desaparecida revista Bitácora para sacar partido de su propuesta: “Concluye Torneo «Ernest Hemingway» con impulso al turismo cubano”. Bastaría con partir del razonamiento, obvio por demás para un comunicador, de que el prestigioso certamen de pesca es el acontecimiento más visible de una modalidad turística –de hecho de todas las modalidades en el mismo caso- que relaciona las condiciones naturales del archipiélago con el disfrute social que da pie a tal producto, o los varios que bajo el rubro de turismo náutico se puede promover en un archipiélago.
Una vez planteado de ese modo el tema, recordando de paso los diversos eventos que en las casi dos últimas décadas han tenido por escenario las aguas –regatas a vela, motonáutica, fotosubs...-, la antigüedad del Hemingway y la afición de los cubanos por la pesca, y ya estaba abierto el camino del motivado escribiente para poner su mensaje: la amplia oferta turística cubana.
La ausencia de información respecto a los resultados de la edición 63 del clásico cubano de la pesca mayor, en un despacho de prensa colocado en internet en un sitio de tal nivel, provocó una cascada de comentarios críticos y la compasiva respuesta de una empleada de la agencia náutica Marlin, que participa como prestadora de servicios en la organización del Hemingway, quien dio la información que tuvo a mano:
Respondiendo a los que están interesados a los resultados del evento les puedo comentar que participaron 9 equipos de diferentes latitudes (Cuba, Sudáfrica, Francia, Estados Unidos, 2 equipos de Canadá, Mexico, Colombia e Italia). EL 1er puesto fue para el equipo de EEUU con un total de 1650 ptos, el 2do fue para el equipo de Canadá con 1100 ptos y el 3ro para el equipo de Sudáfrica con 1100 ptos; el equipo de Cuba obtuvo el Premio por la captura del mayor Dorado (17.5 libras)
Hubo una época en que cada medio de prensa en La Habana deseaba estar involucrado en la cobertura de los torneos de pesca. Algunos periodistas llegaron a sistematizar por años su trabajo, especialmente en el “Hemingway”, que era objeto de especial cuidado por los divulgadores y relacionistas públicos a cargo por parte de los organizadores. Periodistas como Julio San Martín, Ricardo Quiza, Luis Ubeda y otros mostraron en sus informaciones, entrevistas y reportajes una maestría que sirvieron a más de un nuevo corresponsal para el aprendizaje. El trabajo que dejaron disperso en periódicos y revistas fue con afecto y respeto reunido para recobrar la historia de ese certamen.
La pesca es parte del ser de esta nación. Quienes van al Malecón de La Habana no solo están estresados o quieren coger un pescado para comer y venderlo. Los eventos como el Hemingway no sirven únicamente como un reclamo turístico. Ellos son una expresión particular de quienes somos, tan válida como otras más cultas –tan culta, incluso, cuando se le dedica lo que merece de análisis y atención-. Tal vez la genialidad en el periodismo procede únicamente de decir las cosas como son. Y no es tan difícil.


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