SELLÓ EL CLÁSICO SUS 60
Cuatro agujas blancas y tres casteros fueron marcados y devueltos vivos al mar durante la semana final de mayo por las 31 embarcaciones que asistieron al histórico certamen cubano de la pesca mayor, fundado en 1950 por el Club Náutico Internacional de La Habana con el coauspicio del escritor norteamericano que aceptara darle su nombre y donara en dos ocasiones sendas copas, cuyo destino final se desconoce después de 1960.
La inscripción de equipos a la fiesta de la pesca mayor en La Habana resulta la más notable de los últimos siete años, después de que en 2004 el presidente norteamericano W. Bush pusiera reparos a los competidores de ese país que asiste tradicionalmente a la cita y en no pocas ocasiones han sido mayoría absoluta en las flotas contendientes.
Esta vez los Estados Unidos de América estuvieron representados en la Marina Hemingway, sede de la competencia cubana, por solamente tres equipos, cantidad similar a la de la pasada cita, de todas formas destacable por el hecho de que en 2005 y 2006 solo asistieron dos equipos y ninguno en los dos años siguientes.
La ausencia de competidores norteamericanos al renombrado evento, entre sus más visibles implicaciones, ha potenciado un ascenso de campeones de otras procedencias, entre ellos ingleses, checos, rusos y franceses, estos últimos los primeros en lograr la codiciada cifra de tres triunfos absolutos.
Al 60º Torneo Internacional de la Pesca de la aguja Ernest Hemingway acudieron competidores de un amplio muestrario de países, entre ellos los franceses, cuatro de Rusia, entusiasta desde la victoria de 2008; tres de Italia, tres de Islas Caimán, dos del Reino Unido y uno, respectivamente, por Argentina, España, la República Checa, Guadalupe, Dinamarca, Alemania, México, Ecuador, Holanda, Grecia y una embarcación que se identificó con la nacionalidad de los Indios Seminoles.
La representación del país sede volvió a prestigiarse con un equipo de la Federación Cubana de Pesca Deportiva -esta vez con la embarcación Massiel- cuya inscripción fue desestimada en varios eventos. A partir de que en 1978 el Hemingway reasume su perfil internacional, los campeones del certamen nacional asistían por derecho propio a la cita máxima, sin que se tomara en cuenta pago alguno de inscripción, regularidad que se perdió en los años ’90 bajo justificaciones de tipo económico.
El muelle del restaurante Papa’s, punto de arrancada y retorno de las embarcaciones en competencia, recuperó la animación de los grandes certámenes. El sábado 29 de mayo, cierre de la competencia a las 2 de la tarde, se pesó un dorado de 35 libras y media que dio el premio en esta especie al equipo My Paradise, de Islas Caimán.
Los siguientes premios fueron para el equipo ruso del yate DC-9 II, con una aguja blanca, también en la prueba inaugural, y el tercero para los daneses que pescaron a bordo del Marlin XVIII, con ejemplar de la misma especie, ambos igualmente marcados y liberados. Los restantes peces de pico fueron lidiados por el Retriever, Unclaimed, Tag and Release y Tiburón, sin que pudiera ninguno repetir captura. En tal sentido, se reportaron 14 agujas que picaron los señuelos y tiraron de las líneas, pero fueron asimismo perdidas; tres de estas llevaron la expectativa de una nueva victoria al Marlin X, con los triples campeones franceses a bordo, pero no ocurrió.
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