08 julio 2019



Taller: La Pesca Deportiva en Cuba: Una Oportunidad Económica, Sostenible y Basada en la Conservación.
OTRO PUNTO DE VISTA
por Ismael León Almeida



Es inspirador escuchar que hay algunas personas que han luchado por años, resistiendo maniobras legales y presiones de todo tipo, para lograr un ordenamiento justo de los recursos naturales en un país, o en una región, incluso en una aldea en medio de bosques tropicales. Personas que buscaron evitar la destrucción, por poderosas corporaciones, por la desidia del estado, o por malas prácticas, de los valores de la flora, la fauna, de la tierra a la que se sienten ligados y tienen el derecho de conservar. Y ganaron.

De empoderamiento de los habitantes de comunidades ubicadas en áreas de importancia ecológica se habló en el taller “La Pesca Deportiva en Cuba: Una Oportunidad Económica, Sostenible y Basada en la Conservación”, celebrado el 5 y  6 de julio últimos en el hotel Sheraton Four Points, La Habana.

Supimos que el exceso de caza y pesca furtivas, más el inicio de explotaciones madereras en la zona, estaban acabando con el entorno de la aldea guyanesa de Rewa, cuando en 2008 surgió una iniciativa para detener la depredación. Dos años más tarde ya funcionaba una entidad formada para promover turismo de naturaleza, cuyo producto esencial es la pesca a mosca. Construyeron cabañas para hospedaje y los habitantes locales fueron entrenados en técnicas de hospitalidad y pesquería turística. La aldea de 300 habitantes, ubicada a tres horas de vuelo más dos horas de navegación de Georgetown, la capital de Guyana, ahora obtiene ingresos por más de 100 000 dólares, cuando antes no alcanzaban los 1000 dólares al año, dijo el ponente Al Perkinson en el taller.

En Bahamas la situación era tan seria, que  tuvieron que empeñarse por dos décadas para lograr que una legislación adecuada fuera aprobada para proteger sus recursos y asegurar la participación del pueblo en su aprovechamiento y gestión económica. Nuestros vecinos del nordeste, tan cercanos que la navegación comercial entre ambos archipiélagos ha sido históricamente realizada sólo a través de un antiguo canal, se convirtió en la década de los pasados años treinta en un coto de pesca turística de reconocimiento mundial, frecuentado por famosos como el propio Ernest Hemingway.

Prescott Smith preside hoy las organizaciones The Bahamas Fly Fishing Industry Association y The Bahamas Sportfishing and Conservation Association, pero antes tuvo su padre, el famoso guía de pesca bahamés Chalie Smith, que empeñarse en emprender un negocio autóctono en la  explotación de la pesca deportivo-recreativa en las marismas someras, los denominados flats, de aquellas islas, donde abundan especies de peces tan apreciadas como el macabí, la palometa, el sábalo y el robalo. Más de veinte años intentando que se reconociera el derecho de la población a decidir sobre el recurso natural de su país, frente a la presión de compañías mineras que explotan el carbonato de calcio, procesando justamente las arenas de sus fondos, para la industria cristalera. Y ganaron: el 9 de enero de 2017 la pesca a mosca y la industria de las pesquerías turísticas en los flats de Bahamas se convirtieron en atributos respaldados por una Ley.

“Si usted no tiene un ecosistema saludable, toda la industria que se desarrolla en torno a la pesca deportiva no tiene sentido”, manifestó Prescott Smith en el Taller de La Habana, y aseguró que Bahamas tienen la mayor población de macabíes del mundo, y Cuba posee la segunda en sus aguas. En otro momento de la reunión, Smith comentó igualmente que,  cuando comenzaron operaciones turísticas de pesca en la isla de Andros, ya los pobladores hacían uso de esas áreas en pesquerías tradicionales, y aunque todavía es motivo de controversia, subrayó que “dejamos claro que los locales podían acceder”. Tanto Prescott Smith como Al Perkinson argumentaron de modo explícito acerca de la necesidad de empoderar la poblaciones locales en torno a la protección y aprovechamiento de los recursos naturales donde se asientan sus comunidades.

También en el estado de Texas, Estados Unidos, un grupo de expertos trabajó por muy largos años en alcanzar un cambio que permitiera detener la degradación de las pesquerías locales, desarrolladas a lo largo del litoral de ese territorio, del lado norte del Golfo de México. La estrategia se basó en pasar de un sistema de explotación de los recursos pesqueros en base a los procedimientos de la pesca comercial, y promover en su lugar una mayor difusión de pesquerías recreativas, sobre bases conservacionistas, que al cabo han demostrado una mayor eficiencia económica.

El doctor Larry D. McKinney, director ejecutivo del Instituto Harte para Estudios del Golfo de México (Harte Research Institute for Gulf of Mexico Studies), una institución vinculada a la Universidad A & M de Corpus Christi, estado de Texas, argumentó en el taller que la pesca deportiva  “puede generar mayores beneficios y conservación”. En un encuentro previo con especialistas cubanos en el tema, efectuado en La Habana en agosto de 2018, el Dr. McKinney contó que hace cuarenta años la pesca comercial era el sector dominante en la explotación de las poblaciones de peces a lo largo del litoral del estado de Texas, y justamente a sus ejecutores se les pidió ayuda para  efectuar el tránsito al desarrollo de las pesquerías deportivas, reduciendo a la mitad el esfuerzo pesquero en las operaciones comerciales.

La primera línea de acción del equipo del instituto Harte fue crear un programa para restablecer el hábitat; delimitaron las áreas de mayor importancia a lo largo de toda aquella costa, eliminaron las redes agalleras para aumentar las poblaciones de peces y limitaron las capturas comerciales de las especies que eran de mayor interés para los aficionados. Fue un proceso largo y complejo, pero el resultado merecía el empeño. La pesca comercial generaba 200 millones de dólares al año y lograron mantener ese nivel de gestión hasta el presente; la pesca deportiva en el estado de Texas llegó en una primera etapa a la misma cantidad, y ya entre los años de 2001 y 2006 aportaba a la economía estatal un monto de 1 700 millones de dólares.

Clave del sistema aplicado en Texas es la estructuración del sistema de gestión de los recursos de los ecosistemas costeros, dijo en el evento de agosto el Dr. David W. Yoskowitz, integrante de Harte. Un primer nivel lo integran los operadores directos de los productos turísticos de pesca, o sea, capitanes y guías de embarcaciones de pesca turística, las marinas y los propios pescadores. Del segundo nivel forman parte los hoteles, restaurantes y entretenimientos que brindan servicio a los turistas pescadores, y el tercero es la cadena de abasto alimentario, que se extiende desde las áreas de cultivo de productos agrícolas, el transporte de las cosechas y la distribución a los consumidores. “La pesca deportiva no es sustentable sin hábitats saludables; comunidades y economías no son sustentables sin hábitats saludables”, dijo Yoskowitz.

Durante  dos días de sesiones, en el elegante hotel Sheraton Four Points, a una cuadra de la famosa Quinta Avenida del oeste de La Habana, se escuchó hablar del éxito de las pesquerías turísticas que hace un cuarto de siglo administra en los Jardines de la Reina, centro sur de Cuba, la compañía extranjera Avalon. El parque posee una extensión de unos 2000 km2 y operan únicamente 20 lanchas especializadas en pesca a mosca, al servicio de una media de unos 800 pescadores por año, mucho menos de su capacidad de carga, señalan.

En mayo de 2018 comenzaron los trabajos de monitoreo de una población de sábalos en el sector Punta de Cajón-Cayos de la Leña, en el Parque Nacional Guanahacabibes, y ya tienen expectativas de que una empresa argentina se haga cargo de la explotación turística con guías propios. Se conoce de una entidad que realiza pesquerías de aguas abiertas en la marina de los Morros de Piedra, en ese mismo territorio, pero no se presentaron informes de estudios sobre este producto.

También se conoció de la experiencia del Parque Nacional Ciénaga de Zapata, que entre 2006 y 2010 desarrollaron un programa de educación ambiental, basado en la organización de un torneo de pesca a mosca, modalidad captura y suelta, con un taller teórico asociado, y sobre todo de la formación de más de un centenar de niños y adolescentes en las prácticas de la pesca a mosca y los conceptos conservacionistas asociados. Este programa educativo continúa en las localidades de Jagüey Grande y Ciénaga de Zapata, pero el torneo desapareció sin causas explícitas y la propuesta de formar un Club de pesca a mosca para extender tales experiencias fue sistemáticamente declinada en los años que se mencionan por la Federación Cubana de Pesca Deportiva.

Un proyecto para el desarrollo sostenible de las pesquerías deportivo recreativas en Cuba y una “hoja de ruta” para su implementación futura fue presentado en la sesión final de trabajo del taller por la Dra. Patricia González, directora del Centro de Investigaciones Marinas. Se propuso la formación de un grupo para llevar el tema, con  subcomisiones encargadas de la Investigación, la Formación de capacidades y la Organización y desarrollo de la pesca, y fue rechazada la inclusión de una cuarta subcomisión, no institucional, que de manera independiente realizaría indagaciones en temas de interés para los pescadores aficionados.

El autor de este reporte informativo, en su condición de participante en el Taller, manifestó su preocupación acerca de que, tan excelentemente estructurado programa podía generar futuros proyectos de investigación, nuevos eventos, incluso colaboraciones de país a país, etc., pero sin un acercamiento a la realidad concreta de  la afición a la pesca en Cuba fácilmente podría quedar desatendida la esencia de los problemas de este sector.

En primer lugar, se señaló por más de un ponente nacional que el proyecto de nueva Ley de Pesca desconoce cuestiones elementales de la pesca por afición. José Miguel Díaz Escrich, comodoro del Club Náutico Internacional Hemingway, señaló que el instrumento legal propuesto realiza una división artificial entre pesca deportiva y pesca recreativa, y de modo absolutamente sin fundamento ha incluido la caza submarina en la segunda de las variantes que considera.

Por parte de este redactor se estimó que los trabajos que se acometan en lo inmediato en torno a la pesca deportivo recreativa cubana deben estar encaminados a dotar al país de una satisfactoria expresión social de esta afición, disminuir a un mínimo el furtivismo, los impactos ambientales y los enfoques equivocados en la legislación. Satisfacer necesidades como la información, calificación e instrucción de los aficionados, para que establezcan una relación con el medio natural menos basada en el consumo de pescado y más en el disfrute de los valores que provee la pesca; Garantizar el acceso a productos turísticos en pesca deportiva para clientes nacionales, y posibilitar mediante normas legales apropiadas la organización de clubes y asociaciones acorde a los intereses de los aficionados, erradicando estructuras de concepción rígida y verticalista cuyo modelo asociacionista ha fracasado: de 161 688 pescadores aficionados inscritos en 1985, hoy se cuenta únicamente con 17 600, según datos oficiales.

Durante la discusión de la propuesta del Centro de Investigaciones Marinas se consultó a cada institución presente  su disposición de participar en el proyecto de estudios sobre la pesca deportivo recreativa. Cuando tocó el turno de responder a la Federación Cubana de Pesca Deportiva, su representante manifestó que ellos, la directiva de la asociación, son un grupo no profesional, carecen de capacidad de trabajo y de fondos financieros para desarrollar la actividad propuesta y dependen de su órgano de relaciones –una figura establecida por la Ley no. 54 de Asociaciones-, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER). “Antes de decir que sí tendría que estar mi órgano de relaciones delante y comprometerse conmigo”, subrayó Gabriel Almario, presidente de la FCPD.

― ¿Entonces debemos proponérselo al INDER? ― preguntó la Dra. Patricia González, autora del programa propuesto y modera de la sesión de examen del documento.

―Sí, proponérselo al INDER. Ellos son los que tienen que darle el visto bueno y nosotros caminar con ellos ―, fue la respuesta del directivo de los pescadores aficionados cubanos.

Entre los comentarios dignos de mención en torno al Grupo de investigaciones sobre pesca deportiva, su programa y hoja de ruta, se cuentan los de Larry D. McKinney, quien desde su experiencia en Texas subrayó la importancia de que se incluya en las acciones futuras “a todas las partes interesadas”, además advertir acerca del exceso de estudios que pudieran dilatar la aplicación de las decisiones, mientras David W. Yoskowitz, también integrante del Instituto Harte, definió: “El mejor indicador para determinar el éxito del turismo de pesca es medir cómo inciden en la comunidad”.

NOTA: Para evitar confusiones a los lectores de este blog, no harán públicos en esta ocasión las propuestas para la constitución de un “Grupo de estudios” diferente del establecido por la opinión institucional –del cual podría ser complementario-, así como tampoco una propuesta inicial de “Banco de Problemas” para someter a la consideración de los que estudien el tema de al pesca deportivo recreativa cubana. Estas iniciativas las daremos a conocer cuando tengamos a mano el proyecto aprobado en el Taller, de manera que el público y los aficionados a la pesca en el país puedan aquilatar con transparencia y de modo simultáneo ambas propuestas. El editor de CUBANOS DE PESCA. 

No hay comentarios:

Top Fishing      Websites at TopFishingSites.Com