14 junio 2015

VOYAGES DE PÊCHE, OTRA VEZ EN CUBA
                                                                                          
Para Damián F. A., en Ecuador

Entusiasmado hallé a Julien Lajournade, Redactor Jefe de la revista francesa Voyages de Pêche, al terminar su reportaje de pesca en el occidente cubano. Había pasado la primera semana de junio a bordo de una embarcación que llevaba a un grupo de aficionados europeos a explorar las aguas de la plataforma en torno al Cabo de San Antonio, uno de los sitios míticos de la Isla para los aficionados que practican el spinning, aunque el acceso no es ciertamente fácil en la extensa península para los nacionales.
Amigos de internet hechos reales, pescador y periodista a un lado y otro de la agenda, tuvimos un diálogo sin formalidades a menos de dos horas de que volara él a París y tomara un servidor el P-5 de retorno a los cuarteles de La Coronela, para la empecinada labor de cada día. Este era domingo y vespertino.
― ¿Qué estuvo usando, Julien, para esa zona?
― Línea de 120 libras, multifilamento, en un carrete Shimano Stella; vara Smith.
―  Fuerte cordel. ¿Y cómo estuvo la picada?
― Mucha, mucha barracuda. Un black grouper ―en Cuba llamado bonací ―de unas 56 o 58 libras. Una que es familia de la cherna, con un tono rojizo en las escamas...
― El color parece de cabrilla ―se intercala, mirando una imagen―, pero si lo es, con ese tamaño es una gran cabrilla...
― Cuberas poderosas, que salen de lo profundo contra el Popper y muchas veces rompen la línea.
― Sabíamos de cuberas descomunales que van a la superficie a tomar el señuelo, con una explosión en el agua. ¿Trabajaban sobre aguas muy profundas?
― Sobre el veril, pero el señuelo trabaja entre 10 y 15 metros de profundidad. ¡Ah! –muestra otra imagen en la pequeña pantalla de la cámara- y esta rabirrubia.
Siguió Lajournade pasando por el cuadradito luminoso jiguaguas, coronados, albacoras, meros, y pargos.
― Todos fueron soltados, pero algunos pargos los cocinamos.
― Todo correcto, Julien. Ningún terrícola debería de dejar de probar un pargo criollo siquiera una vez en la vida. Ha sido el pez más venerado en la mesa cubana desde la época en que el curioso Parra, el sabio Poey y el ameno Vilaró se preocupaban por reunir noticias de la ictiofauna cubana desde finales del siglo XVIII.
La pesca fue realizada siempre con señuelos artificiales, bastante dimensionados y en todos los casos de factura japonesa, que son hoy día los preferidos en Francia, dice. Los chinos venden a precios bastante bajos, pero la calidad del material de pesca es inferior.
― Tengo curiosidad por saber si Voyages de Pêche es una de las antiguas revistas de pesca en Francia.
Voyages de Pêche comenzó a publicarse en 1997 y no es de las más antiguas. Hoy día tampoco es la única que se dedica a viajes de pesca. El director fundador fue Georges Thévenot y este mismo año asumió su conducción Stéphane Uzan. Se distribuye en países de habla francesa, como Bélgica, Suiza, Martinica, Guadalupe y nuestro país, por supuesto. También en Marruecos y Túnez.
― ¿Cuántas revistas en total en el país?
― Hay unas quince publicaciones en este deporte en el país; solo dedicadas a la pesca de la carpa, por ejemplo, hay seis revistas.
― ¿Cómo evoluciona el perfil de Voyages de Pêche?
― La revista se dedica a la cobertura internacional de viajes de pesca, no de la pesca deportiva local, que es ocupación de la mayoría de las otras revistas. En Francia los viajes de pesca no eran tradición; se inicia en los años 1965 a 1970, con el desarrollo del turismo de agencias. En los primeros tiempos se viajaba a islas Mauricio, México, a Canadá para la pesca del salmón, y al oeste africano, en Senegal, Costa de Marfil y Gabón, por ejemplo, había centros de pesca hace un cuarto de siglo y se conocía bastante la pesca del pez vela del Atlantico y el sabalo (tarpon).
― Hemingway hizo esa pesca del pez vela desde Mombasa, en la costa de Kenya, por cierto ― intercala el bloguero. 
 Sucede que la pesca comercial en el mar, con los barcos y equipos electronicos modernos, es muy impactante, para las lubinas (el “bar”, Morone labrax) y atunes rojos (“thon rouge” Thunnus thynnus) entre otros. Por un atún de 250 kilogramos podían pagarse una fortuna en Japón, cientos de miles de US dollares; la lobina de mar cuando es salvaje y pescada de manera artesanal con ligna a mano (“bar de ligne”) se puede pagar en Paris, Francia, 30 Euros el kilogramo, 50 durante  la Navidad. Pero son los barcos grandes con netos gigantes que pescan los reuniones de lobinas que hacen muchos daños. 
―... las modalidades de los primeros tiempos eran básicamente el trolling y el casting. En el avance de este último influye la revolución de las braid lines (líneas de multifilamento) en los noventa y la entrada en función de los señuelos artificiales, rápalas, poppers..., en la pesca de alta mar. 
― ¿Qué caracteriza hoy mismo la pesca deportiva francesa?
― Hoy día lo más importante para la afición del país es la pesca de la carpa, y la del lucio con señuelos artificiales. En el mar sería la pesca de la lobina de mar, el sea bass en las costas del Atlántico, y la del atún rojo en el Mediterráneo.
― ¿Hay pesca a mosca?
― La pesca a mosca declina; hay treinta pescadores a spinning por cada pescador a mosca. No gusta a los jóvenes, que prefieren pescar el atún, el black bass... Ahora se practica una modalidad que llamamos street fishing, que es pescar en los ríos que pasan por las ciudades, o el rock fishing, en la orilla del mar cerca de las poblaciones: los muchachos van en bicicleta en su tiempo libre, hacen su pesquería en un par de horas y retornan a casa.
― Un rápido pasatiempo ― pensando que los más hacemos acá esa pesquería, salvo que en presas y la costa, dado que los cursos de agua que pasan por poblaciones tienen sus problemas, y porque lo que es viajar, pocas veces va uno a otra provincia, que es lo factible. Nos entera Lucien Lajournade de lo que se ha convertido en un atractivo para los visitantes:
― Los turistas hacen fotos a diarios en París cerca de la torre Eiffel a los nuevos pescadores que se dedican a los grandes bagres, siluros les llaman.
En la época en que Hemingway era muy pobre e inocente, y según su leyenda personal vivía en un sitio húmedo y frío y escribía en los cafés parisienses, los pescadores del Sena únicamente cogían algunos gobios en el río, más bien pequeños y elogiados como fritura. Pensando en esto, uno se recuerda de que la pesca de la trucha es tal vez la más europea de las pescas. El redactor de Voyages... comenta:
― La pesca de la trucha (Salmo spp.) a mosca afronta una grave limitación a causa de la polución en los ríos. Hoy los pescadores que prefieren esta especie se van a Suecia, Noruega, Escandinavia e Irlanda, que es la preferida, y que es un sitio donde los políticos se ocupan en proteger la pesca a causa de su alto valor turístico.
― Hemos visto algunos materiales que indican que la pesca recreativa está recibiendo atención científica en Europa.
― Sucede que la pesca comercial es muy impactante. Europa paga dinero para que compremos barcos grandes para coger cada vez más peces. Es increíble la presión de la pesca comercial. En un momento determinado tocamos fondo, si bien ahora ha comenzado a mejorar, después que hace unos cuatro años se comenzó a adoptar una veda de varios meses cada año. Por un atún de 250 kilogramos podían pagarse una fortuna en Japón; por una lobina de mar algunos restaurantes llegaron a pagar en Francia a 30 Euros el kilogramo, y los chinos las compran vivas y entonces el precio sube a 100 euros por kilogramo ¡todo un negocio!
― ¿Es que no se ejerce control sobre la pesca?
― No hay policía de pesca. La preocupación de la autoridad es que las embarcaciones cumplan el límite de velocidad al llegar a puerto.
― Volvemos a Cuba. ¿Es este viaje inaugural?
― Cuarta vez. El primero fue en el año 2000, a la Isla de la Juventud, con muchas limitaciones para pescar en mar abierto. Luego vinimos para pescar en Cayo Romano y Cayo Cruz con el español Rafael del Pozo Obeso. Fue fantástico, había miles de palometas, pero el recuerdo es también triste, porque ese amigo muere precisamente en Cuba e un accidente vial.
― Lo supimos por internet, él era un escritor de pesca muy conocido.
― Vinimos por tercera ocasión y fue a pescar el sábalo en Hatiguanico y fue difícil.
― ¿Cuáles de las ofertas de pesca del turismo cubano podrían interesar más a los aficionados europeos?
― Pienso que el black bass, será tal vez una gran atracción para los pescadores de Europa, e igualmente el spinning.
― Es interesante Julien, esa opinión, porque el black bass, o sea la trucha, como la llamamos nosotros, tuvo un gran auge en los pasados años ochenta y hay embalses con sus hoteles al lado, como Zaza y Hanabanilla, que probablemente reanudarían su antiguo auge con una buena promoción y algunas atenciones ambientales. Hay un sitio que creemos se mantiene, aunque es más difícil de operar, que es Leonero, en la zona oriental, mientras se han perdido otros que fueron muy reconocidos, como es el caso de La Redonda, Cuyagüateje y Laguna del Tesoro. Y en cuanto al spinning, ¿desde costa o desde embarcación?
― Desde embarcación, como lo hemos hecho ahora en Cabo de San Antonio.
― Pues créeme que hay sitios donde la pesca desde costa a spinning, o el surfcasting, sería muy interesantes.
Hemos estado conversando la última hora en una cafetería del hotel Meliá Cohiba, donde los pescadores se alojaron en su tránsito por La Habana. En media hora parte julien Lajournade con sus compañeros hacia el aeropuerto internacional José Martí, pero no parece tener prisa. Me entrega un ejemplar de la edición de Voyages de Peche correspondiente al bimestre de junio-julio de 2015; al pie de la portada hay un anuncio: “Ils en reviennent, ils racontent Mexique, Polinésie, Cuba”. Se nos ocurre una pregunta más:
― ¿Cómo llega al aficionado francés la promoción de la pesca deportiva cubana?
― Por agencias de viajes y en algunas revistas. Se promueven sobre todo los viajes de pesca a mosca, poca gente sabe que en Cuba hay tan buena pesca a spinning, el fly tiene mucha más promoción.
Al llegar a casa, viejas e incompletas lecciones de francés servirán de ayuda para entender el mensaje que amablemente Monsieur Lajournade, un pescador deportivo cuyo trabajo es recorrer el mundo pescando y, sobre todo, escribiendo sobre pesca, ha tenido la amabilidad de dejar en una cuartilla para los lectores de CUBANOS DE PESCA:
De parte de todos los pescadores deportivos, lectores de Voyages de Pêche, me place transmitir a los pescadores cubanos toda la amistad que nos une en la misma pasión.
Viva la pesca en Cuba, con la esperanza de que ella siga siendo formidable, y podamos volver en el futuro a su magnífico país.  Julian.




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